viernes, 19 de octubre de 2012

DEMOCRACIA RETÓRICA


DEMOCRACIA RETÓRICA

Acaba de anunciarse la asignación de las distintas comisiones en el Congreso de la Unión y de último momento nos enteramos de que nuestros legisladores decidieron desaparecer la comisión de participación ciudadana a iniciativa del diputado Héctor Humberto Gutiérrez de la Garza del PRI, misma que fue aprobada casi por unanimidad 1. Se comprende  que la propuesta saliera de un diputado del PRI que según el comportamiento histórico de este partido su tendencia es el autoritarismo (la diatriba del nuevo PRI es a todas luces una falsedad) pero lamentablemente tampoco tuvo oposición alguna del resto de los partidos.

Dicha desaparación representa la reticencia del poder político a una reconciliación con la ciudadanía al mantener la concepción – arcaica para cualquier sociedad que se diga democrática – de que el ciudadano está en un permanente estado de minoría de edad (paternalismo en su más pura expresión). Es decir, lo que le interesa a los legisladores y la clase política en general es continuar la dinámica en la que el ciudadano es un sujeto pasivo que acepta sin chistar lo que en política se decide sin oportunidad alguna de proponer y participar en las cuestiones públicas.

La reflexión a partir de ésta y cualesquiera acciones similares es que la clase política está retornando la retórica de la democracia y el uso indiscriminado de la palabra en discursos donde se dice que es la base del sistema político cuando en los hechos sucede lo opuesto. Sin participación ciudadana la democracia es incompleta, ilusoria, engañosa. Se insiste en acotarla al espacio del voto libre durante las elecciones  dejando de lado el resto de aspectos que la componen.

¿Por qué insistir en disfrazar con retórica el verdadero desdén con el que se trata a la ciudadanía? Una de las posibles respuestas es que resulta estratégicamente conveniente hablar de la democracia para conseguir puestos de eleccion popular al fingir ser parte de una agenda vanguardista. El propio presidente electo Enrique Peña Nieto en su campaña presidencial compartió un decálogo que hablaba de las libertades democráticas que serían ejes de su gobierno y hasta la fecha es recurrente oír en sus discursos su preocupación en el tema de la relación entre gobierno y ciudadanía. Pero cuando llega el momento del ejercicio de las funciones públicas la mayor parte de la clase política se olvida que del discurso hay que pasar a los hechos. Existen excepciones de políticos que realmente escuchan y empujan por el cambio pero no son la generalidad (hecho demostrado en la eliminación de la comisión de participación ciudadana).

El poder político ya expresó el nulo interés de que la ciudadanía tome mayor participación pero ¿qué pasa del lado ciudadano? Siguen habiendo avances importantes, es cada vez más común observar a figuras como Alejandro Martí presidente de la asociación México SOS involucrándose en los temas públicos y también se logró la aprobación de la reforma política. A pesar de estos esfuerzos el interés de la población en general es aún bajo con respecto al de los miembros de las OSC de acuerdo a estos resultados de la ENCUP (Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas)2:

La unión hace la fuerza y en este sentido las OSC están conformando redes importantes de apoyo mutuo, lo que aún falta es que los demás miembros de la sociedad las apoyemos de la misma manera. Rescatemos así mismo a los políticos que son aliados de la ciudadanía que empujen por la agenda ciudadana.

Cambiemos en la medida de lo posible la percepción con nuestros círculos más cercanos para que el interés público despierte y no nos sigan desdeñando pretendiendo que somos infantes en lugar de ciudadanos responsables. La participación ciudadana no es solo importante sino imprescindible en la construcción democrática de México, no funcionan los discursos retóricos si no van acompañados de congruencia.

2 http://2010.colmex.mx/16tomos/XIV.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario