miércoles, 5 de diciembre de 2012

PROTECCIÓN A LA MANIFESTACIÓN PÚBLICA


PROTECCIÓN A LA MANIFESTACIÓN PÚBLICA

Los acontecimientos del pasado primero de diciembre de la batalla campal entre policías y manifestantes el día de la toma de posesión de Peña Nieto contiene varias aristas que llevan a diversas conclusiones, un punto de acuerdo es que se pecaría de ingenuidad si no se reconoce que los hechos de violencia fueron orquestados. En las redes se comparten imágenes de los infiltrados que presuntamente fueron enviados por el gobierno entrante, las autoridades hablan de grupos anarquistas involucrados y la prensa da la nota de que hay detenidos que aseguran les fueron ofrecidos 300 pesos por destruir lo que se encontraran a su paso. Motivo de análisis es lo referente a los involucrados del lado de los que hicieron actos vandálicos pero vale la pena echar un vistazo a la actuación de la fuerza pública en el D.F., Guadalajara y demás lugares del país en donde se presentaron este tipo de incidentes.

¿Las fuerzas de seguridad pública reprimieron a los manifestantes? Ni duda cabe del uso excesivo de la fuerza y la violencia contra quien se les pusiera enfrente, sin embargo pensemos en el argumento de que tuvieron que responder ante las agresiones recibidas. ¿Hay manera de instruir a los cuerpos de seguridad a repeler las agresiones de tal forma que se prevengan excesos con detenciones y golpizas a personas inocente de por medio? Revisando ejemplos latinoamericanos en Argentina se concretó el llamado protocolo Garre que consiste en un protocolo de seguridad para las manifestaciones públicas. Dicho protocolo define los criterios de la manera en que los cuerpos policiales deben actuar considerando como  prioridad evitar el daño a la integridad física de los manifestantes, asimismo establece acciones del gobierno que buscan la resolución del conflicto sin llegar a la violencia y se pide una capacitación especial a los policías que esten presentes en las manifestaciones1. Hay opiniones encontradas en cuanto a los resultados en Argentina pero lo relevante es que dieron un paso importante al reformar la legislación existente aunque este avance tendría que acompañarse de muchos otros más. El Dr. Edgardo Buscaglia compartió recientemente en las redes un documento al respecto: “La Fuerza de la Razón y la Razón de la Fuerza: El Uso Legítimo de la violencia”3, un estudio muy amplio que ofrece más alternativas al problema del uso de la fuerza.

Parece que en México nos toca buscar nuevos caminos para evitar que se repitan situaciones en que el gobierno haga de los policías brazos armados de represión y sucedan por consecuencia abusos contra inocentes. En el recién firmado pacto por México se hace referencia a un Programa Nacional de Derechos Humanos en el que se contempla una ley sobre el uso legítimo de la fuerza pero no hay nada específico en relación a las manifestaciones públicas, y de los cuerpos policiacos se habla de reformarlos homologando funciones junto con la creación de la Gendarmería nacional donde se repite la generalidad y ambigüedad en los enunciados2. Además de la liberación de las personas inocentes y el castigo a los policías que hayan cometido abusos habría que impulsar un marco legal con el cual defender a los afectados haciendo más difícil al Estado lavarse las manos ante acusaciones de represión, así como capacitar a los cuerpos de seguridad que actuán en las manifestaciones.

No hay soluciones simples ni únicas debido a la complejidad del problema y del contexto. México continúa en los peores lugares del mundo en la aplicación de la justicia y siguen existiendo todo tipo de atropellos en los procedimientos judiciales, sin embargo si queremos avanzar en la construcción democrática del país tenemos que apostar por vías dentro de la legalidad. La protesta en los espacios públicos debe continuar siendo una opción para el disenso por encima de los grupos que se esfuerzan en demostrar lo contrario mediante la violencia. Hay que garantizar la seguridad de la ciudadanía y evitar la desligitimación de la protesta, y eso se logrará en el terreno de las leyes y no solo de las calles.



1 puntos específicos del protocolo Garre aquí http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-165115-2011-03-29.html